Chile enfrentará su primera elección presidencial luego de la volátil etapa de los procesos constituyentes, con una ciudadanía que ha pasado de la frustración al pesimismo respecto de sus perspectivas de cambio. 2024 fue un año de avances legislativos relevantes en materias de primera prioridad, como pensiones y seguridad. En 2025, el Gobierno tendrá el desafío de transformar las leyes en políticas públicas de impacto tangible en la vida de las personas. La estrechez presupuestaria, el amenazante contexto internacional y el clima electoral generarán tensiones que dificultarán la materialización de estas iniciativas. La exigencia de cambio ha devenido en demanda de respuestas. Los candidatos presidenciales deberán entender esto.